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¿La Leche Hace Bien A Nuestro Cuerpo?

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Leche… ¿Hace bien a nuestro cuerpo?
por Suzzane Holden, dietista
de Triangle Vegetarian Society (TVS)

http://www.ivu.org/spanish/trans/tvs-milk.html


“La leche hace huesos fuertes”, “El alimento perfecto de la naturaleza”, “¿Tomaste leche?”… Estamos todos familiarizados con la propaganda del Consejo Nacional de la Leche. La mayoría de los americanos consumen productos lácteos diariamente y creen que la carencia de productos lácteos en la dieta pone su salud en alto riesgo. Sin embargo, cuando lo analizamos con más detalle, la verdad es justo lo contrario. Los productos lácteos están llenos de contaminantes y su consumo ha sido asociado a varios problemas de salud. Dejando de lado argumentos éticos y otros en contra del consumo de leche, veamos lo referente al tema de la salud.

Osteoporosis

Debes haber escuchado que el consumo de leche previene la osteoporosis, el debilitamiento de los huesos. Lo que el Consejo de la Leche ha descuidado decirnos convenientemente, es que los porcentajes de osteoporosis son más altos entre los más grandes consumidores de leche – las naciones occidentales industrializadas (1).

La verdad es que la osteoporosis es una enfermedad que involucra el balance del calcio, antes que una mera deficiencia de él. El equilibro total del calcio se ve afectado por la absorción del calcio (15%), el calcio ingerido (11%) , la excreción fecal del calcio (23%), y la excreción urinaria del calcio (51%) (2). Minimizar la pérdida de calcio puede ser difícil para aquellos que se rigen por la dieta americana estándar (S.A.D), pero aquellos que eligen una dieta a base de vegetales están en una situación diferente. Las investigaciones han demostrado en repetidas ocasiones que una ingesta alta de proteínas incrementa la pérdida urinaria de calcio. Sin sorpresa, la mayoría de los omnívoros americanos consumen el doble de la ración dietética recomendada (RDA) para la proteína. Otros culpables dietéticos son la ingesta excesiva de Sodio (3) y de cafeína (4). Así pues, si bien los productos lácteos son una buena fuente de calcio, el consumo de leche simplemente no corrige las causas subyacentes de la osteoporosis en América. ¡Piense en ello como depositar dinero en una hucha con un hoyo en el fondo!

El tema del calcio

Es probable que los individuos que consumen una dieta basada en vegetales, moderada en proteínas y baja en sal, tengan menos necesidades de calcio que aquellos que consumen la S.A.D. De todas formas, hasta que no hayan sido hechas más investigaciones es conveniente que los veganos procuren alcanzar la RDA para el consumo de calcio. Esto se logra fácilmente con el consumo diario de alimentos vegetales ricos en calcio y bajos en oxalato.

Los vegetarianos estrictos deben asegurarse de consumir un adecuado nivel de vitamina D, la cual participa en la absorción de calcio. Buenas fuentes son los productos enriquecidos con vitamina D (como las leches de soja y de arroz , así como ciertos cereales de desayuno) y la exposición de la cara y las manos a la luz del sol durante 10 a 15 minutos a la semana. También es importante para todos los americanos, al margen de sus preferencias dietéticas, incorporar actividad física en su rutina diaria con el fin de construir y mantener huesos fuertes.

Algunos alimentos vegetales ricos en calcio: Brócoli, berzas, nabo, hojas de mostaza, col, repollo chino (bok choy), tofú cuajado con calcio, bebidas de arroz o soya enriquecidas, zumo de naranja enriquecido, melazas oscuras, higos.

Cáncer de Ovario

La galactosa, un azúcar simple resultante al descomponer la lactosa de la leche, ha sido asociado con el cáncer de ovario (5). Se ha estimado que el 10% de la población carece de la enzima responsable de metabolizar la galactosa, conduciendo a la acumulación de dicho azúcar en órganos como los ovarios. Se cree que esto desencadena una serie de fenómenos que conducen al aumento en los niveles de hormonas en circulación, lo que puede promover el cáncer de ovario (6). Los alimentos con los mayores contenidos de lactosa son el yogurt, la leche descremada, los helados y el queso fresco.

Cáncer de mama

Las tasas de cáncer de mama han sido correlacionadas con la ingesta de productos lácteos en diversos estudios hechos a poblaciones. De acuerdo con el Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM), la leche de vaca es un “cóctel de sustancias químicas provocadoras de enfermedades” y hay varias hipótesis que asocian el cáncer con el consumo de leche. (7) Se sabe que el exceso de estrógeno incrementa la reproducción de las células cancerosas. No sólo la leche contiene vestigios de estrógenos de la vaca, sino que la grasa contenida en la leche, como en cualquier alimento, aumenta la producción de estrógenos en el cuerpo de la mujer. La leche también es rica en IGF–1, un factor de crecimiento que provoca la multiplicación de células cancerosas en estudios realizados en tubo de ensayo; aún no sabemos hasta qué punto los humanos absorbemos el factor IGF–1 de la leche de vaca. Añadiendo problemas potenciales, ahora muchas granjas lecheras usan BGH (hormona de crecimiento bovino), la cual aumenta la concentración de IGF–1 en la leche, para aumentar la producción de leche.

Anemia

Si los niños son alimentados con leche de vaca, se pueden producir pérdidas de sangre en el intestino, provocando anemia (8). En los niños, la deficiencia de hierro puede aparecer como consecuencia de una excesiva ingesta de leche de vaca ya que ello desplaza a otros alimentos ricos en hierro en la dieta. Además los nutricionistas sugieren a menudo que los individuos anémicos no consuman leche junto con los alimentos ricos en hierro ya que el calcio puede reducir significativamente la absorción de hierro(9).

Intolerancia a la lactosa

Aproximadamente 2/3 de la población mundial no puede digerir el azúcar de la leche, la lactosa (10). Los síntomas comunes experimentados después del consumo de leche incluyen hinchazón, gases, diarrea y nausea. En muchas partes del mundo no se consumen productos lácteos o bien juegan un rol limitado en la dieta.

Cataratas

Se ha especulado que el metabolito de la lactosa, la galactosa, juega un rol importante en la formación de cataratas (11). La galactosa se convierte en galactitol, lo cual se cree que daña la estructura de la lente del ojo, produciendo cataratas (12).

Diabetes Mellitus insulino–dependiente

Los bebés genéticamente susceptibles que consumen leche de vaca aumentan su riesgo de contraer diabetes juvenil en su niñez. Una proteína específica que se encuentra en los productos lácteos, podría desatar una reacción inmune que destruye las células productoras de insulina del páncreas (13). Un estudio encontró que los niños que consumen leche regularmente, tienen el doble de riesgo de padecer diabetes. (14) Sin embargo, estas investigaciones todavía no son concluyentes.

Cólicos

Algunos bebés son sensibles a las proteínas de la leche de vaca y experimentan cólicos como resultado del consumo de leche. Su molestia resulta de la alimentación con leche de vaca, fórmula infantil a base de leche o leche materna de una madre que consume leche de vaca (15).

Alergias y asma

Es sabido que la leche es un alérgeno común. De acuerdo con el PCRM, problemas respiratorios, enfermedades de la piel, pequeñas ulceraciones dolorosas, u otros problemas de salud pueden ser provocados por la ingesta de productos lácteos. Para quienes padecen de asma y alergia, puede valer la pena intentar eliminar los productos lácteos de la dieta, durante un periodo de prueba.

Enfermedad Cardíaca

La mayoría de los productos lácteos contienen grasas saturadas, lo cual está fuertemente asociado a la enfermedad cardíaca. Algunos prefieren la margarina en vez de la mantequilla, pero la margarina ha sido hidrogenada haciendo que contenga grasas trans no naturales, las cuales también se han asociado con la enfermedad cardíaca. Todas las grasas (incluso mantequilla, margarina u aceite) contienen aproximadamente 13 g grasa/T, pero cuanto más líquida es la grasa, menor porcentaje de saturadas contiene. Las grasas monoinsaturadas como los aceites de oliva, canola y cacahuete son mejores para el corazón que las grasas saturadas. La mejor apuesta es dejar la mantequilla y la margarina, y preferir el aceite de oliva extra virgen o las cremas no hidrogenadas o mejor aún, simplemente disfrutar el sabor natural de los alimentos!.

Otras Consideraciones

  • Los pesticidas procedentes de los piensos se concentran en la carne animal y luego son excretados en la leche.
  • La gente que consume productos de animales alimentados con antibióticos pueden adquirir resistencia antibiótica.
  • La leche es fortificada con vitamina D, la cual es peligrosa en altas dosis. (Sin embargo, cuando es sintetizada por nuestra piel durante la exposición al sol, no es peligrosa). En 1992 ocho personas fueron diagnosticadas con hipervitaminosis D, después de haber bebido leche fortificada inadecuadamente (16). Existe preocupación respecto a que la vitamina no puede ser mezclada adecuadamente cuando se está fortificando una gran cantidad de leche. El New England Journal of Medicine reportó que tan sólo el 12% de 42 muestras de leche analizadas, se encontraban dentro del rango esperado de nivel de vitamina D (17).

En nuestra sociedad el beber leche es una norma cultural que la mayoría de las personas no cuestiona. Sin embargo, desafía la racionalidad dar por supuesto que una persona, además de un ternero, tiene la necesidad fisiológica de consumir leche de vaca. ¡Parece que los bigotes de leche más prudentes de llevar son aquellos hechos con leche de soya, arroz, almendra o avena!


Referencias:
1. Calcif. Tissue Int. 1992;50:14-18.
2. NIH Consensus Conf. on Optimal Calcium Intake June 1994 Bethesda, MD.
3. J Hypertens. 1993;11:781-785.
4. J Lab Clin. Med. 1982; 99:46-55.
5. Lancet. 1989; 2:66-71.
6. PCRM: Good Medicine: Autumn 1996 p.13
7. PCRM: Good Medicine: Winter 1997 pp. 12-15.
8. J Pediatr. 1981; 98: 540-545.
9. Eur J. Clin Nutr. 1991; 46: 317-327.
10. Dig. Dis. Sci. 1989; 23: 963-980.
11. Nutr Rev. 1979; 37: 337-343.
12. Nature(London) 1959; 184: 194-195.
13. Diabetes Care 1993; 17: 13-19.
14. Diabetes Care 1994; 17: 1488-1490.
15. Pediatrics 1991; 87(4): 439-444.
16. NEJM 1992: 326: 1173-1177.
17. NEJM 1992: 326: 1178-1181.

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Written by justvegetal

agosto 24, 2009 at 10:50 pm

El Cáncer y los Productos Lácteos

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El cáncer y los productos lácteos
02-11-06 Por Prof. Jane Plant *

http://www.ecoportal.net/content/view/full/64405

Cuando descubrió que tenia cáncer, su mundo se vino abajo. Pero, a pesar de haber tenido cuatro recaídas, Jane se negó a tirar la toalla. Escribió un libro sobre la experimentación que ella hizo sobre sí misma: «Your Life in your Hands» (Tu vida en tus manos). Ideó una dieta revolucionaria y un estilo de vida, que ella cree le ha salvado la vida, que puede ayudar a otras mujeres a no caer presas de la enfermedad.

La Profesora Jane Plant es una esposa, una madre y una reconocida y respetada científica por su trabajo en geoquímica.

Cuando en 1987, a la edad de 42 años, descubrió que tenia cáncer, su mundo se vino abajo. Pero, a pesar de haber tenido cuatro recaídas, Jane se negó a tirar la toalla. Escribió un libro sobre la experimentación que ella hizo sobre sí misma.: «Your Life in your Hands» (Tu vida en tus manos), edición Virgin, UK. Ideó una dieta revolucionaria y un estilo de vida, que ella cree le ha salvado la vida, que puede ayudar a otras mujeres a no caer presas de la enfermedad.

Su teoría sigue siendo polémica – pero cada mujer debería leerla y decidir por sí misma – He aquí su experiencia:

«Sufrí la amputación de una mama y me sometieron a radioterapia. Y ahora estaba recibiendo una quimioterapia dolorosa. Me vieron las especialistas más eminentes del país. Pero en mi fuero interno, estaba segura que me estaba enfrentando a la muerte.

Tenía un marido maravilloso, una casa preciosa, y dos hijos jovencitos para cuidar. Afortunadamente esto me llevó a descubrir hechos, algunos que sólo unos cuantos científicos conocían en aquella época.

Cualquiera que haya estado en contacto con el cáncer de mama, sabrá que hay ciertos factores de riesgo:

• el aumento de la edad

• una temprana menarca (1ª regla antes de la edad habitual)

• una menopausia tardía

• un historial familiar de cáncer de mama

Todos estos factores están fuera de nuestro control. Pero hay muchos factores de riesgo que podemos controlar fácilmente. Estos riesgos controlables se traducen en simples cambios que todos podemos hacer en el día a día de nuestras vidas, para ayudar a prevenir o a tratar el cáncer de mama.

¡Mi mensaje es que incluso el cáncer de mama avanzado se puede VENCER porque YO LO HE CONSEGUIDO!

La primera pista para comprender lo que estaba causando mi cáncer de mama, vino de mi marido Peter, que también era un científico, cuando volvió de China y me empezaron a dar quimioterapia.

Me trajo postales y cartas, Como también unos asombrosos supositorios herbales, que mis amigos y colegas Chinos me enviaban. Me enviaron los supositorios como tratamiento para el cáncer. A pesar de la terrible situación, los dos nos echamos a reír mucho, y recuerdo haber dicho que si esto era el tratamiento del cáncer de mama en China, entonces no había que extrañarse que las mujeres chinas evitaran contraer la enfermedad!

Esas palabras hicieron eco en mi mente: ¿POR QUÉ LAS CHINAS NO CONTRAÍAN CÁNCER DE MAMA?

La enfermedad era virtualmente inexistente en toda China. Sólo una de 10. 000 mujeres moría de cáncer de mama, comparado con esa terrible cifra de una de 12 en el Reino Unido y aún peor, la medía de una de 10 mujeres en la mayoría de los países occidentales, había una diferencia sustancial.

La cuestión no es que China sea un país más rural y con menor polución urbana. En Hong-Kong, que es altamente urbano, la tasa sube a 34 mujeres de 10. 000, pero sigue siendo mucho menor que en Occidente.

Las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, tienen tasas similares a las de la de China, y hay que recodar que estas dos ciudades fueron atacadas en 1945 con armas nucleares, así que además de los cánceres relacionados con la polución, uno se esperaba encontrar casos relacionados con la radiación. Pues no, la conclusión que se puede sacar de estas estadísticas impacta. Si una mujer occidental tuviera que ir a vivir a la industrializada e irradiada Hiroshima, reduciría a la mitad su riesgo de contraer cáncer de mama.

Obviamente esto es absurdo: Me parecía obvio que algún factor del estilo de vida no relacionado ni con la polución, ni con la industrialización o medio ambiente, estaba incrementando seriamente las probabilidades de contraer cáncer de mama.

Entonces descubrí lo que causaba la gran diferencia de las distintas tasas del cáncer de mama entre países orientales y occidentales. NO ES UNA CAUSA GENETICA. La investigación científica mostró que cuando chinas o japonesas se trasladan a Occidente, en una o dos generaciones, su tasa de contraer cáncer de mama, se acerca a las tasas de la comunidad que les acoge.

Lo mismo ocurre cuando Orientales adoptan un estilo de vida completamente occidental en Hong-Kong. Para los chinos toda la comida occidental, incluyendo todo desde el helado, el chocolate hasta los espaguetis y queso, es «Comida de Hong-Kong» porque allí en la antigua colonia británica se podía encontrar todos esos alimentos, que escaseaban en la antigua China continental.

Por lo tanto me parecía lógico que lo que fuera que estaba causando mi cáncer de mama, y su gran incidencia en este país (Gran Bretaña) en general, tenía que ver con seguridad con el estilo de vida occidental.

Aquí hay un punto importante para los hombres también. He observado en mi investigación que mucho de los datos relacionados con el cáncer de próstata conducen a similares conclusiones.

Según los datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) el numero de hombres contrayente de cáncer de próstata en la China rural es insignificante, pues el 0.5 de hombres de 10. 000. Cuando en Inglaterra, Escocia y Gales, sin embargo, esta cifra es 70 veces más elevada.

Como el cáncer de mama, es una enfermedad de la clase media, que ataca a los más ricos y a las clases socio-económicas más altas, aquellos que se pueden permitir comer alimentos ricos en calorías y en diversas sustancias.

Recuerdo haber dicho a mi marido: «Venga, Peter, acabas de volver de China ¿En que diferencia el estilo de vida de China con relación al nuestro? ¿Por qué no contraen cáncer de mama?

Decidimos utilizar nuestro saber científico y utilizarlo con lógica. Estudiamos los datos científicos con relación a las grasas de la dieta. Investigadores habiendo descubierto, en los años 1980 que sólo un promedio del 14% de las calorías de la dieta de los chinos eran de grasa, comparado al 36% en la dieta occidental. Pero la dieta que yo había seguido durante años antes de tener el cáncer de mama era baja en grasa y alta en fibra.

Además, como científica, sabia que el comer grasa, en adultos, no ha sido probado que aumente el riesgo de tener cáncer de mama, en la mayoría de las investigaciones que siguieron a grandes grupos de mujeres durante una docena de años. Entonces un día algo especial ocurrió. Peter y yo hemos trabajado tanto tiempo juntos a lo largo de los años que no estoy segura quién de los dos dijo primero:¡Los chinos no comen productos lácteos!. . . »

Es difícil de explicar a una persona no-científica la repentina reacción mental y emocional que sientes cuando tienes la impresión de haber descubierto algo importante. Es como si tuvieses un montón de piezas de un rompecabezas en tu mente y que de repente en unos segundos, todos caen en su sitio y todo el cuadro está claro.

De repente recordé cuantos chinos eran físicamente incapaces de tolerar la leche. Como los chinos con quién había trabajado decían siempre que la leche era sólo para bebés, y como uno de mis buenos amigos siempre, con mucha educación, se negaba a comer queso en las cenas a las cuales estaba invitado.

No conocía ningún chino que llevando una vida tradicional china utilizara vaca ni productos lácteos para alimentar a sus bebés. La tradición era de utilizar una ama nodriza, pero jamás productos lácteos.

Culturalmente, los chinos encuentran nuestra preocupación occidental por la leche, muy extraña. Recuerdo haberme ocupado de una gran delegación china de científicos poco después del final de la Revolución Cultural en los años 1980.

El Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido) nos aconsejó encargar un pudding que tuviera mucho helado. Después de haberse informado en que consistía, todos los chinos, incluido el intérprete, con muy buenos modales, pero muy firmemente, rehusaron tomarlo, y no hubo manera de convencerlos de lo contrario. En aquel entonces nos alegramos todos pues pudimos tomar doble ración!

Descubrí que la leche es una de las causas de las alergias alimenticias. Más de 70% de la población mundial es incapaz de digerir el azúcar de la leche: la lactosa lo cual ha llevado a los nutricionistas a pensar que esto es la condición normal de los adultos, y no una deficiencia. Quizás la naturaleza está intentando decirnos que estamos comiendo un alimento equivocado.

Antes de tener cáncer de mama la primera vez, había comido muchos productos lácteos, como leche desnatada, queso y yogur bajos en grasa. Los había utilizado como mi principal fuente de proteínas. También comía carne picada, barata, magra de vaca, y ahora me doy cuenta que seria una vaca lechera.

Para soportar la quimioterapia que recibí por mi quinto cáncer, había estado comiendo yogur orgánico para ayudar a mi sistema digestivo a recuperarse y repoblar mi tubo digestivo con «buenas» bacterias.

Recientemente descubrí que allá por los años 1989 el yogur fue implicado en el cáncer de ovario. El Dr. Daniel Cramer de la Universidad de Harvard (USA) estudió a centenares de mujeres con cáncer de ovarios y les hizo detallar lo que comían. ¡Ojalá hubiese sabido de sus descubrimientos antes!

Siguiendo lo que yo y Peter habíamos descubierto con relación a la dieta china, yo decidí suprimir no sólo el yogur sino todos los productos lácteos inmediatamente. El queso, la mantequilla, la leche y todo aquello que llevaba productos lácteos los tire a la basura. Es increíble cuantos productos, incluyendo sopas, galletas, pasteles comerciales contienen productos lácteos. Incluso algunas margarinas supuestamente de soja, girasol, o de aceite de oliva, para untar, llevan productos lácteos. Entonces empecé a leer con atención todas las etiquetas y la letra pequeña.

Llegados a este punto, estaba observando el progreso de mi quinto tumor canceroso con un compás anotando los resultados. A pesar del aliento y animo que me daban mis médicos y enfermeras, mis propias observaciones me decían la amarga verdad.

Mis primeras sesiones de quimioterapia no tuvieron ningún efecto. El tumor seguía del mismo tamaño. Entonces suprimí los productos lácteos. En sólo días el tumor empezó a encogerse Dos semanas después de mi segunda sesión de quimioterapia y una semana después de haber suprimido los productos lácteos, el tumor de mi cuello empezó a picarme. Luego empezó a ablandarse y a reducirse de tamaño. El tumor se hacia cada ve más pequeño.

Un sábado por la tarde, unas 6 semanas después de haber suprimido los productos lácteos de mi dieta, empecé a hacer una hora de meditación y luego palpé lo que quedaba del tumor. Ya no quedaba nada.

Sí, estaba muy acostumbrada a detectar los tumores cancerosos. Había descubierto mis 5 tumores yo misma. Le pedí a mi marido que palpara mi cuello. El tampoco encontró ningún tumor.

El jueves siguiente tenía hora con mi oncólogo en Charing Cross Hospital de Londres. Me examinó a fondo, sobre todo mi cuello donde estaba el bulto. Se maravilló:»¡No lo encuentro!», dijo. Ningún médico, por lo visto, se esperaba que nadie con mi tipo de cáncer al nivel que estaba (ya había invadido el sistema linfático) que sobreviviera!

Mi especialista estaba tan feliz como yo. Cuando al principio discutí mis ideas con él, estaba comprensiblemente escéptico. Pero ahora utiliza mapas de China mostrando la mortandad por cáncer en China, en sus conferencias y recomienda una dieta sin productos lácteos a sus pacientes!

Ahora pienso que la relación entre los productos lácteos y el cáncer de mama, es similar a la relación entre el fumar y el cáncer de pulmón. Creo que identificando la relación entre el cáncer de mama y los productos lácteos y siguiendo una dieta especifica para mantener la salud de mi mama y de mi sistema hormonal, me curó.

Fue difícil para mi, como lo podría ser para vosotras, el aceptar que una sustancia tan «natural» como la leche, pueda tener implicaciones tan tremendas para la salud. Revelaré los secretos de mi plan de acción revolucionario.

Extracto del libro «Your life in your hands» de la Prof. Jane Plant. Editado por Virgin (UK)

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agosto 19, 2009 at 10:51 pm

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DATOS INTERESANTES SOBRE EL CÁNCER

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DATOS INTERESANTES SOBRE EL CÁNCER

1. La célula cancerosa es anaeróbica, es decir, que no puede sobrevivir en presencia de altos niveles de oxígeno. Existe un tratamiento con oxígeno, pero particularmente, en casa, es importante respirar a fondo y bien en un ambiente exterior sin polución. También hacer ejercicio si se puede.

2. Los tejidos cancerosos son ácidos. Los tejidos sanos son alcalinos. De donde la ventaja de una dieta vegetariana.

3. Es importante tomar antioxidantes: MAK, Vitamina C y E, coenzima Q10, selenium, germinación orgánica . . .

4. Purificación de toxinas por hipertermia (sauna, elevación de la fiebre etc.). La célula cancerosa muere a temperaturas alrededor de los 40º y 41º.

5. Las enzimas disuelven la capa de proteína de la célula cancerosa haciéndola vulnerable al ataque de los glóbulos blancos. Las enzimas más importantes son la tripsina y la quimotripsina. Comer demasiadas proteínas y alimentos refinados como azúcar blanca, harina blanca, arroz blanco, etc. vacía el organismo de las enzimas pancreáticas, abriendo camino al cáncer. De donde el interés de los alimentos integrales.

6. Vitaminas para luchar contra el cáncer: – La vitamina B17 mata las células cancerosas sin dañar las células sanas. Se encuentra en: la semillas de albaricoque, manzana, cereza, nectarina, ciruela, melocotón, endrina; almendras amargas, grano de lino, cebada, garbanzo, lentejas, maíz. Sin embargo, sin el suficiente zinc en el organismo, la vitamina B17 no funciona. Los resultados son también mejores si se toma con nutrientes como la vitamina C, las otras vitaminas B, vitamina A, manganeso, magnesio y selenium. Los médicos que recetan la vitamina B17 en general, lo utilizan como parte de un programa total consistiendo en una dieta, vitaminas, minerales, enzimas y ácidos grasos esenciales. Los alimentos de SOJA no son siempre aconsejables porque tienen el efecto de inhibir la capacidad de absorción del organismo de ciertos minerales incluyendo el calcio, magnesio, cobre, hierro y zinc.

7. Los nombres alternativos de la vitamina B17 son: amygdalin y laetril.

8. La vitamina F es la omega-3 ácido graso. Se encuentra en: granos de lino, semillas de sésamo, semillas de girasol, semillas de calabaza, germen de trigo, germen de maíz, nueces, pescado azul.

9. La vitamina C estimula la formación de los linfocitos (hasta 10 g diarios, pueden triplicarlos)

10. La vitaminas E (antioxidante), A + D (para el metabolismo del calcio).

11. Los minerales que ayudan incluyen el yodo para la función tiroidea, selenium (antioxidante)

12- coenzima Q10 (antioxidante, estimula el sistema inmunológico, fortalece el corazón, lo protege de los efectos tóxicos de la quimio, equilibra la tensión arterial, ayuda a prevenir los efectos secundarios de la quimioterapia. Una buena fuente de CoQ10 es el aceite de sésamo, de germen de trigo, de maíz; cereales integrales, semilla de soja, tofu, cacahuetes, semillas de sésamo. . . ).

(Dr. Brodie «Programa Intensivo de Suplementos).

Cardo mariano: La utilización tradicional del fruto de cardo mariano se debe a su contenido en un principio activo llamado silimarina y que ha demostrado ser muy útil en los trastornos hepáticos. La silimarina ejerce una acción directa sobre las células del hígado, regenerándolas y combatiendo la sustancias hepatotóxicas (alcohol, tóxicos alimentario, etc.) por lo que se revela como un excelente hepatoprotector.

Previene la destrucción del hígado y estimula la regeneración de las células dañadas del hígado. También se utiliza en caso de insuficiencia hepática o cálculos biliares. La necesidad de comer alimentos ricos en todas las vitaminas y minerales – sobre todo ricos en vitamina B17 – y la necesidad de reducir daños y estrés prolongados al organismo, es lo más importante que debe saber el paciente.

http://www.ecoportal.net * Por la Prof. Jane PLANT, PhD, CBE http://www.litopia.com/jplant/bio.htm The Daily Mail – UK (27 de Mayo 2000)Tomado del Consejo General de Colegios de Médicos Naturistas de España http://www.medicos-naturistas.org/noticias3.html

Written by justvegetal

agosto 19, 2009 at 10:48 pm

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Leche: Ni Recomendada Ni Necesaria

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http://woodstockfas.org/ Santuario de Animales

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Leche: Ni Recomendada Ni Necesaria

http://www.geocities.com/vegania/noleche/pcrm-milk.html
(Comité de Médicos para una Medicina Responsable)

Traducido de http://www.pcrm.org/health/Info_on_Veg_Diets/milk.html]

Un sustancial grupo de evidencias científicas suscita inquietudes sobre los riesgos de salud de los derivados de la leche de vaca. Estos problemas se relacionan con las proteínas, el azúcar, la grasa y los contaminantes que contienen los lácteos, y que la leche entera de vaca no es adecuada para la nutrición infantil.

Los riesgos de salud derivados del consumo de leche son máximos para los bebés menores de un año, en quienes la leche entera de vaca puede contribuir a deficiencias de diversos nutrientes, como hierro, ácidos grasos esenciales y vitamina E. La Academia Americana de Pediatría [1] recomienda que los bebés menores de un año no reciban leche entera de vaca.

Los productos derivados de la leche de vaca son muy bajos en hierro [2], contienen sólo un décimo de miligramo (mg) por cada ración de 8 onzas. Para obtener la Cantidad Diaria Recomendada en los EE.UU. de 15 mg de hierro, un bebé debería tomar más de 31 cuartos de galón (1,136 l) de leche al día. La leche puede también provocar hemorragias en el tracto intestinal, que, con el tiempo, reducen las reservas de hierro del organismo. Los investigadores especulan que estas hemorragias pueden ser una reacción a las proteínas presentes en la leche [3]. La pasteurización no elimina el problema. Unos investigadores de la Universidad de Iowa publicaron recientemente en la Revista de Pediatría que “en una gran proporción de bebés, el consumo de leche de vaca provoca un aumento sustancial de la pérdida de hemoglobina. Algunos bebés son primorosamente sensibles a la leche de vaca y pueden perder grandes cantidades de sangre”.[3]

Aunque la preocupación es mayor para los niños en su primer año de vida, también hay inquietudes relacionadas con el consumo de leche en niños más mayores y algunos problemas asociados con fórmulas a base de leche de vaca.

Las Proteínas de la Leche y la Diabetes

Diversos informes relacionan la diabetes dependiente de insulina con una proteína específica de los productos lácteos. Este tipo de diabetes normalmente empieza en la niñez. Es una causa destacada de ceguera y contribuye a enfermedades cardíacas, daños renales, y amputaciones debidas a una circulación pobre.

Estudios realizados en distintos países muestran una fuerte correlación entre el uso de productos lácteos y la incidencia de diabetes [4]. Un informe reciente del New England Journal of Medicine [5] reafirma sustancialmente la antigua teoría de que las proteínas de la leche de vaca estimulan la producción de anticuerpos [6] que, a su vez, destruyen las células productoras de insulina del páncreas [7]. En el nuevo informe, investigadores de Canadá y Finlandia encontraron mayores niveles de anticuerpos de un fragmento específico de una proteína de la leche de vaca, llamada albúmina del suero bovino, en el 100% de los 142 niños diabéticos que estudiaron en el momento de diagnosticarles la enfermedad. Los niños no diabéticos puede que posean tales anticuerpos, pero a niveles muy inferiores. La evidencia sugiere que la combinación de una predisposición genética y la exposición a la leche de vaca es la principal causa de la forma infantil de diabetes, aunque no hay modo de determinar qué niños están genéticamente predispuestos. Los anticuerpos pueden formarse aparentemente en respuesta a cantidad incluso pequeñas de productos lácteos, incluidas las fórmulas infantiles.

La destrucción de las células pancreáticas sucede gradualmente, especialmente tras las infecciones, que hacen que las proteínas celulares queden expuestas a los daños de los anticuerpos. La diabetes se hace patente cuando del 80 al 90 % de las células beta productoras de insulina quedan destruidas.

Las proteínas de la leche también se encuentran entre las causas más frecuentes de alergias alimentarias. A menudo, la causa de los síntomas no es identificada durante importantes períodos de tiempo.

http://woodstockfas.org/ Santuario de Animales

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El Azúcar de la Leche y los Problemas de Salud

Muchas personas, particularmente los de ascendencia asiática o africana, son incapaces de digerir el azúcar de la leche, la lactosa. El resultado es diarreas y gases. Para los que pueden digerir la lactosa, sus componentes son dos azúcares simples: glucosa y galactosa. La galactosa ha sido relacionada con el cáncer de ovario [8] y las cataratas [9,10]. Los bebés lactantes poseen enzimas activos que descomponen la galactosa. Con la edad, muchos de nosotros perdemos esta capacidad.

Contenido Graso

La leche entera, el queso, la nata, la mantequilla, los helados, la crema agria y el resto de productos lácteos aparte de los desnatados contienen cantidades importantes de grasas saturadas, así como colesterol, contribuyendo a enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Los primeros indicios de la enfermedad cardíaca han sido documentados en adolescentes americanos. Aunque los niños necesitan cierta cantidad de grasa en la dieta, no existe ninguna necesidad nutricional de grasa láctea. Al contrario, la leche de vaca es rica en grasas saturadas, pero pobre en el ácido graso esencial ácido linoleico.

Contaminantes

La leche contiene contaminantes frecuentes, desde pesticidas a medicamentos. Se ha observado que alrededor de un tercio de los productos lácteos están contaminados con indicios de antibióticos. El contenido de vitamina D de la leche ha sido mal regulado. Recientes pruebas sobre 42 muestras de leche encontraron que sólo el 12% estaban entre el rango esperado de contenido de vitamina D. Las pruebas sobre 10 muestras de leches infantiles revelaron que 7 contenían más del doble de vitamina D que la cantidad indicada en la etiqueta, y una de ellas tenía más de 4 veces dicha cantidad [11]. La vitamina D es tóxica en sobredosis [12].

Osteoporosis

Los lácteos ofrecen un falso sentimiento de seguridad para aquellos preocupados por la osteoporosis. En los países donde los lácteos no se consumen comúnmente, existe en realidad menos osteoporosis que en los EE.UU. Los estudios han mostrado poco efecto de los lácteos sobre la osteoporosis [13]. El Estudio de Salud de Enfermeras de Harvard siguió a 78.000 mujeres durante un período de 12 años y concluyó que la leche no protege contra las fracturas óseas. En efecto, quienes tomaban tres vasos diarios de leche presentaron más fracturas que quienes raramente bebían leche [14].

Hay muchas fuentes buenas de calcio. La col rizada, el brécol, y otras hortalizas de hojas verdes contienen calcio de fácil absorción para el organismo. Un informe reciente de la Revista Americana de Nutrición Clínica mostró que la absorbibilidad de calcio era en realidad mayor para la col rizada que para la leche, y concluyó que “las verduras tales como la col rizada pueden ser consideradas al menos tan buenas como la leche en términos de absorbibilidad de calcio” [15]. Las legumbres también son ricas en calcio. El zumo de naranja enriquecido proporciona grandes cantidades de calcio en forma apetitosa [16].

El calcio es sólo uno de los muchos factores que afectan al hueso. Otros factores son las hormonas, el fósforo, el boro, el ejercicio, el tabaco, el alcohol y los medicamentos [17-20]. Las proteínas son también importantes en el equilibrio cálcico. Las dietas ricas en proteínas, particularmente proteínas animales, fomentan la pérdida de calcio [21-23].

http://woodstockfas.org/ Santuario de Animales

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Recomendaciones

No existe ninguna necesidad nutricional de productos lácteos, y hay serios problemas que pueden acarrear sus proteínas, azúcar, grasa y contaminantes. Por consiguiente, ofrecemos las siguientes recomendaciones:

La lactancia materna es el método preferente para la alimentación infantil. Como recomienda la Academia Americana de Pediatría, no debería darse leche entera de vaca a los bebés menores de un año.

Los padres deberían estar alerta sobre los riesgos potenciales para sus hijos derivados del consumo de leche de vaca.

La leche de vaca no debería ser obligatoria o recomendada en las pautas gubernamentales.

Los programas del gobierno, tales como los de comidas escolares, deberían ser consecuentes con estas recomendaciones.


Referencias
1. American Academy of Pediatrics, Committee on Nutrition. The use of whole cow’s milk in infancy. Pediatrics 1992;89:1105-9.
2. Pennington JAT, Church HN. Food values of portions commonly used. New York, Harper and Row, 1989.
3. Ziegler EE, Fomon SJ, Nelson SE, et al. Cow milk feeding in infancy: further observations on blood loss from the gastrointestinal tract. J Pediatr 1990;116:11-8.
4. Scott FW. Cow milk and insulin-dependent diabetes mellitus: is there a relationship? Am J CLin Nutr 1990;51:489-91.
5. Karjalainen J, Martin JM, Knip M, et al. A bovine albumin peptide as a possible trigger of insulin-dependent diabetes mellitus. N Engl J Med 1992;327:302-7.
6. Roberton DM, Paganelli R, Dinwiddie R, Levinsky RJ. Milk antigen absorption in the preterm and term neonate. Arch Dis Child 1982;57:369-72.
7. Bruining GJ, Molenaar J, Tuk CW, Lindeman J, Bruining HA, Marner B. Clinical time-course and characteristics of islet cell cytoplasmatic antibodies in childhood diabetes. Diabetologia 1984;26:24-29.
8. Cramer DW, Willett WC, Bell DA, et al. Galactose consumption and metabolism in relation to the risk of ovarian cancer. Lancet 1989;2:66-71.
9. Simoons FJ. A geographic approach to senile cataracts: possible links with milk consumption, lactase activity, and galactose metabolism. Digestive Diseases and Sciences 1982;27:257-64.
10. Couet C, Jan P, Debry G. Lactose and cataract in humans: a review. J Am Coll Nutr 1991;10:79-86.
11. Holick MF, Shao Q, Liu WW, Chen TC. The vitamin D content of fortified milk and infant formula. New Engl J Med 1992;326:1178-81.
12. Jacobus CH, Holick MF, Shao Q, et al. Hypervitaminosis D associated with drinking milk. New Engl J Med 1992;326:1173-7.
13. Riggs BL, Wahner HW, Melton J, Richelson LS, Judd HL, O’Fallon M. Dietary calcium intake and rates on bone loss in women. J Clin Invest 1987;80:979-82.
14. Feskanich D, Willett WC, Stampfer MJ, Colditz GA. Milk, dietary calcium, and bone fractures in women: a 12-year prospective study. Am J Publ Health 1997;87:992-7.
15. Heaney RP, Weaver CM. Calcium absorption from kale. Am J Clin Nutr 1990;51:656-7.
16. Nicar MJ, Pak CYC. Calcium bioavailability from calcium carbonate and calcium citrate. J Clin Endocrinol Metab 1985;61:391-3.
17. Dawson-Hughes B. Calcium supplementation and bone loss: a review of controlled clinical trials. Am J Clin Nutr 1991;54:274S-80S.
18. Mazess RB, Barden HS. Bone density in premenopausal women: effects of age, dietary intake, physical activity, smoking, and birth control pills. Am J Clin Nutr 1991;53:132-42.
19. Nelson ME, Fisher EC, Dilmanian FA, Dallal GE, Evans WJ. A 1-y walking program and increased dietary calcium in postmenopausal women: efect on bone. Am J Clin Nutr 1991;53:1304-11.
20. Nielsen FH, Hunt CD, Mullen LM, Hunt JR. Effect of dietary boron on mineral, estrogen, and testosterone metabolism in postmenopausal women. FASEB J 1987;1:394-7.
21. Zemel MB. Role of the sulfur-containing amino acids in protein-induced hypercalciuria in men. J Nutr 1981;111:545.
22. Hegsted M. Urinary calcium and calcium balance in young men as affected by level of protein and phosphorus intake. J Nutr 1981;111:553.
23. Marsh AG, Sanchez TV, Mickelsen O, Keiser J, Mayor G. Cortical bone density of adult lacto-ovo-vegetarian and omnivorous women. J Am Dietetic Asso 1980;76:148-51.

Written by justvegetal

julio 31, 2009 at 6:38 pm